domingo, 17 de febrero de 2008

Un campamento militar de Aníbal en ValenciaLos arqueólogos sospechan que el ejército cartaginés acampó junto al Turia en la II guerra contra Roma

El estratega cartaginés Aníbal organizó su ejército junto al Turia, justo en el solar ubicado entre las calles Bilbao y Ruaya donde el martes se anunció el descubrimiento de unos restos del siglo III a. C., los más antiguos hasta ahora encontrados en la ciudad. Al menos esta es una de las hipótesis que bajaran el equipo de arqueólogos.El feroz ejército de 70.000 soldados norteafricanos e iberos a lomos de elefantes cruzó la Península para enfrentarse a los romanos en la segunda guerra púnica entre los años 219 a. C. y 201 a C. Fechas que coinciden con las vasijas de cerámica y la balsa de agua encontradas en la excavación del barrio de Morvedre. "Son hipótesis de trabajo, pero la existencia de dos monedas de la dinastía Bárquida, en época de Aníbal y la gran cantidad de vasijas de cerámica púnica del norte de África y de Siria, nos inducen a pensar que puede tratarse de un campamento militar", explicó ayer la codirectora de la excavación, Marisa Serrano.El escenario donde están trabajando los arqueólogos también coincide con la Vía Hercúlea, que posteriormente sería la Vía Augusta, la autopista de la época, por donde Aníbal cruzó desde el norte de África, pasando por los Pirineos, hasta llegar a Italia para combatir con el ejército romano. "Hace unos años encontramos parte de este camino junto a la calle Sagunto, por eso la presencia de esta balsa y la cerámica podrían ser de un campamento militar", afirmaron expertos arqueólogos.La excavación todavía no ha concluido, por lo que es aventurado afirmar categóricamente esta hipótesis, pero el análisis de las piezas y las impresiones de los expertos llegados desde todas partes de España hasta la excavación de la calle Ruaya, le dan más fuerza. "Los iberos solían ubicarse en zonas más altas y no junto a un marjal como era la Valencia de aquellos tiempos. Estos poblados se alejaban del agua para evitar contraer el paludismo, por eso buscaban lugares elevados como Sagunto, Lliria o Cheste", explicó ayer otro experto arqueólogo.Las dos monedas Bárquidas, la segunda encontrada el miércoles, son las que están dando más información. "Estamos estudiando si están muy desgastadas. Además, otro de los indicios que nos revelan esta hipótesis es que las vasijas encontradas no son las habituales del ajuar doméstico con las que cocinaban los poblados iberos", explicó Marisa Serrano.Balsa para los elefantes De momento tampoco se ha localizado edificación alguna y sí restos de una empalizada y la balsa de agua donde se supone que los elefantes bebían agua.Los cartagineses decidieron atacar a los romanos por tierra y no por mar dada la superioridad naval de estos últimos, por eso el ejército, encabezado por Aníbal, cruzó toda la Península Ibérica, atravesó los Alpes en invierno y atacó por sorpresa en primavera tomando Turín con un desgastado ejército tras numerosas bajas del que solo quedaron 26.000 soldados.Siguiendo la historia, la Península Ibérica fue la mejor colonia y base militar de Cartago, "pero también el influjo púnico fue grande sobre los poblados iberos en la dinastía Bárquida. Además, estas personas formaron importantes ejércitos reclutando un elevado número de soldados de la población ibera", explicó Marisa Serrano. Los arqueólogos seguirán estudiando y analizando el material encontrado hasta el momento. "Es muy importante saber la extensión y cúanto tiempo estuvo el asentamiento en Valencia, eso nos revelará si se trató de un poblado ibero o de un campamento provisional militar. En el caso de ser el segundo debería haber más indicios con otros restos de edificación y vasijas de otras épocas", aseguró Marisa Serrano. Los arqueólogos calculan que estarán trabajando durante los próximos cinco meses. "En un principio íbamos a continuar por los restos de época musulmana, que también hemos encontrado en este punto, pero debido a la transcendencia del hallazgo vamos a cambiar el método de trabajo y seguiremos actuando en este enclave para determinar el origen de estas piezas", explicó.Sea un poblado ibero o militar púnico, lo cierto es que junto al Turia se han encontrado restos datados entre finales del III y principios del siglo IV, los más antiguos de la ciudad. Hasta el momento los de mayor antigüedad estaban en la Almoina.Esta no es la primera vez que los arqueólogos se han topado con piezas de esta época. Hace unos años los expertos encontraron en las inmediaciones de la calle Sagunto unos restos ligeramente posteriores, del siglo II a. C. (entre el año 195 y 160 a C). Más tarde también hallaron unas ánforas sumergidas en la playa de la Malvarrosa datadas en el siglo VI a.C. y de época etrusca, pero estas no guardan relación alguna con la ciudad porque pertenecían a una embarcación hundida.
municipal@lasprovincias.es

domingo, 3 de febrero de 2008

La `canonización´ de Jaime I

La `canonización´ de Jaime I
04.02.08
Lo que no contó Rambla en la perorata pro canonización de Jaime I que le escribieron para que leyera en la Catedral donde el Conseller le declaró "padre fundador de la patria valenciana", es que la conquista del Reino Musulmán de Valencia fue una Cruzada, fundamentalmente aragonesa, aprobada por el Vaticano y comandada por el díscolo monarca aragonés.
Las tierras musulmanas de Castellón, que existían antes de 1237 y a pesar de Rambla, fueron rendidas al cristiano mediante el simple pase de bando del rey Abú Zeit (Tratado de Calatayud, 1229), cuyas villas y ciudades pasaron a ser regidas " a fueros de Zaragoza", que no a fueros catalanes, hecho éste que ya comienza a desmontarles la película a los catalanistas, como pueden imaginar, y demuestra que la reconquista y repoblación no nos vino de Cataluña.
El resto de la campaña fue un ordeno y mando de la Iglesia, con la que se topó Jaime I, quien a raíz de haber muerto el 11 de septiembre de 1235 el Obispo de Zaragoza, Sancho de Ahunés, pretendía colocar a dedo de Obispo a un amiguete suyo.
Bravos los canónigos del Cabildo de la Seo de Zaragoza eligieron como sucesor para aquella sede episcopal a Bernardo de Monteagudo y no al amigo del rey, por lo que Jaime I, cabreadísimo, le detuvo y encarceló con el fin de que no pudiera nadie consagrar al nuevo Obispo. En atención del Código Canónico vigente en aquella época, Jaime I incurrió en pecado, con pena de excomunión.
Por el mismo tiempo, el rey cayó gravemente enfermo y estuvo a punto de morir. Pidió confesar, pero se le dijo que para librarle de la pena de excomunión y del infierno que ella aparejaba en el caso de que muriera debía poner en libertad al Obispo electo enchiquerado y organizar una Cruzada contra los musulmanes.
En 1236, recuperado ya, Jaime I convocó Cortes en Monzón, donde propuso y se aprobó celebrar una Cruzada contra el Reino Musulmán de Valencia.
En atención a ello, fueron convocados alistamientos de tropas en Teruel, al tiempo que se enviaba emisarios al Vaticano para que declarara oficial la Cruzada contra Valencia mediante las correspondientes bulas pontificias y consiguientes beneficios materiales y espirituales a quienes participaran en ella, lo que se logró, equiparando el Papa la Cruzada contra los musulmanes valencianos con las de Tierra Santa.
Como nos están rescribiendo la historia los catalanistas, no les interesa sacar a la luz muchas de las cosas interesantes que ocurrieron.
baltasarbueno@valenciahui.es